En este número empieza donde acabó el otro, con Pixie saliendo del concierto de Dazzler y con una bana del Club Fuego Infernal persiguiendola, desde primera persona nos cuenta como el momento de júbilo que está viviendo no le hace percatarse de lo que le viene persiguiendo hasta que le dan por detrás y entonces es demasiado tarde, recibe una paliza.
Por otro lado, Cíclope y Emma Frost tienen un momento de intimidad que está muy bien, Matt Fraction y Ed Brubaker hace que la pareja tenga una química más que evidente y recalcan que Cíclope es el que manda.Otra de las cosas que destaca es el sentimiento de responsabilidad con Cable y la joven mutante que están en algún lugar del futuro.
La tercera parte de la trama se centra en la nueva Base X, antiguos bunquers de San Francisco que ahora funciona como cuartel general de los X-Men y como santuario hacia todo aquel mutante que quiera un lugar en el que poder vivir. Dentro de la base, están Cíclope, Coloso, Rondador Nocturno y Bestia, lo mejor de esto, que cada uno tiene su viñeta de gloria.
Volviendo a la historia, Pixie llega a la base y dice que le han dado una paliza. La nueva Patrulla-X se prepara para el ataque y va directa al punto de encuentro donde los bandalistas preparan su nuevo ataque contra un mutante.
La segunda subtrama que nos trae el cómic es el renacimiento del Club Fuego Infernal, con un mutante español controlando a un grupo de jóvenes a que maten a los mutantes bajo la supervisión de una mujer pelirroja, ¿Madelyne Prior? Ya lo veremos en el futuro, pero esto se añade a los nuevos planes de Magneto y el Evolucionador.Un número que me ha gustado, escrito por dos de los mejores guionistas de la Casa de las Ideas que reparten humor, seriedad y heroicidad a partes iguales. Nos van metiendo en el nuevo rumbo de la serie con Greg Land a los lápices que está inmenso.
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